MÁLAGA
Un árbol es una construcción casi perfecta; eficiente, esbelta, mejora la atmósfera que lo rodea, sirve de hogar, refugia y nutre a innumerables habitantes.
Este proyecto está pensado para un área marcada por la existencia de un gran parque que lo conecta con el tejido urbano, creando un pulmón para Málaga. Una construcción de la magnitud que estamos abordando no podía ser ajena a ello, ni al compromiso de la arquitectura y la sociedad con la sostenibilidad y, por ley transitiva, con la naturaleza.
Nuestra propuesta tomó su nombre de un visitante extraordinario arraigado en Málaga: la Ceiba. Cuando hablamos de un edificio, la similitud con un árbol suele limitarse al propio tronco, pero en este caso es único, ya que vamos mucho más allá, profundizando en los conceptos de ramas, hojas, corteza y vida, ideas que definen el proyecto Ceiba.
El verde del parque genera una oportunidad única para dotar a la ciudad de Málaga de un espacio verde que oxigene el tejido urbano y proporcione a los residentes de las nuevas torres un espacio natural.
Es de ese espacio que crecen las tres torres, donde el manto verde se eleva y se fusiona con el proyecto.